Acaso

Acaso el corazón, es más bien
El más profundo de los abismos sin fondo,
Donde el vuelco del lirismo se vuelve
A las endechas de su tragedia;
Esta espergesia rapsodita donde florece
De la infertilidad, el estéril vientre, y de este,
El llano austero de un feto sin geometría.
Pero no vuelve a mis manos esa semilla,
Done en la guía lánguida, sembrada en tus venas
Quedose la habichuela y creció hasta las costillas del sol,
Y el arpegio resonante, maravilla de un oído póstumo,
Allí donde no hay silencios más callados que tu voz,
Donde las alas de un colibrí agitan la concupiscencia
Y muerde el vicio frenético de la ataraxia atroz…
Vuelve en sí, casi ensangrentado el eco
En la resonancia de mi pecho sin corazón,
Vuelve en sí esta pátina a la palastra de la flor,
Y este colibrí en el fuero sin atisbo,
Navega en batiscafo de tus manos,
Donde acaso tu corazón florece en un abismo,
Y crece corrupto hasta los párpados del sol…