Por la mañana

La mañana respira tan suave bajo sus sábanas, el sol y la luna se destapan justo cuando el viento se desliza a ras de sus labios.
Una vereda se abre junto al lóbulo de su oreja y mis dedos tejen una figura amórfa entre sus lijeros cabellos oscuros.
La intranquilidad de mis manos furibundas hacen presa a su respiración agitada, que se agolpa indefinida en el borde de su almohada. Su contorno óseo se hunde en el chasquido de mi corazón palpitante. No puedo evitar el tocarla.
Ella en ese momento, tan terrible y amenzante, con dagas y sonrisas deliberdas, sorteando la vista de los astros que se ahogan en su mirar;
las polillas y su baile de sombras mueren ante su increible crepúsculo lunar...(el nacer de sus ojos)
El sol regresará a decir una mirada completa y condenar a la disnea con sus grandes abanicos negros.
Ella y sus hermosos cristales volverán a ver el cielo, con la tenuedad con que el sol me miró por la mañana y con la palidez de luna que me observa ahora desde afuera . Sólo espero no volverlos a confundir (a sus ojos y a lo astros) y tratar de no abrazar a la noche ni mirar la luna y no equivocar el reflejo del sol con su sonrisa.

Glosario:

La luna: Par de cristales brillantes situados arriba de la nariz y abajo de la frente en el rostro de la mujer...
Abanico: Cobertor de la luna.
El sol: Parte de la cara situada debajo de la nariz (véase labios y sonrisa)
Viento: No lo sé con certeza, yo me perdí en su respiración.

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