Esta noche cayeron las estrellas
de sus nubes rosas hasta tu cama
privadas de tu amor perdido
eternizadas de cólera y delirio...
La luna se ha ocultado
trás esa cortina de recuerdos lijeros de mi mente...
Las sombras y mi corazón me han robado
el crepúsculo al alba de la tiranía de mi muerte...
Y me hallo sobre ti, desesperado
cuando los árboles caen con su pureza
y me olvido por completo de tu nombre
porque sólo recuerdo tu cuerpo y tu belleza...
Me llevo una mano a la boca
para no gritar de cansancio
para no hacerte despertar
de todos los días aquellos
en que me cansé de esperar...
Pero mirarte quiero
de nuevo y para siempre y siempre.
Junto a tu cama quiero tanto abrazarte
en esta madrugada gris en que partira su suerte.
Y ahora...
El miedo se sentirá en mis puños...
y de tanto escribirte estoy harto
porque sé que encontraré por el resto de mis años
a la noche llorando en tu cuarto.
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