Como hablar vagamente

A insomne párpado, detenido en los cristales
sobre la comisura helada,
el campanario trágico del troqueo
inicia el rugir de las entrañas del cielo,
agudizando en mi paso, su piel de hojalata…

Un tic-tac que no oxida los muros con apotema bélico,
sino húmedo que despierta las escamas del polvo,
las telarañas, el silencio, los tímpanos vencidos.
aquel corredor de fantasma cuyas campanas grises,
embalsamado con los guijarros del olvido,
me sesgan horriblemente la voz
y enferman las paredes con ecos
a modo que todo me sea sonido…

Toc, toc, toc!

resuellan querubes de ultramar en la siniestra de mi oído…
murmullan ominosas polillas con asesino aleteo,
y se clavan metálicos fantasmas en las canciones
y asemejan salivar mutilado que moja mi camino

Otra vez funde mi paso el caracol con su crujido,


No te reconoce el adjetivo,
poco sabe de la gramática insana en la que te he escrito,
nada sabe de las letras que se curvan ominosas
en ángulos invertidos, de casos semejantes
a mi lengua de mudo
que se tiende hacia abajo, parábola y serpentea mi paladar,
aguzando su estrecha manía de callar y hacerme hablar
con los puños y las paredes, en la tráquea
a la que convido el silencio

Vagabundo enrejado no es lo que el pan prefiere enmohecer…
o lo que el olvido tiñe a colores sepias, carne del mendigo---

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