1er quesque poema

Primer semi-poema:
Apología de luna depravada en el último verso


Quiero dejar en claro, amigos y enemigos:
que si he amenazado a la rapiña con la estocada intestinal
es porque, rimado con la desgastada politonal
he descubierto frases que por si solas arañan el verbo
y que disipan a empujones sus tatuajes de amor
por un simple staccato musical...
Helo aquí, mi discurso Socrático sin pizca de pudor:



Puedo creer, sinceramente, en el infierno teocrático:
unas piernas desnudas…
Tanta música, ardiendo en vasos sanguíneos,
en moléculas parasitadas de besos y humedad;
agitadas,
como estepa y viento arremolinado…

Y mis dedos ansiados de ceniza,
posados en el pabellón de un vientre,
se cristalizan a cuesta de las cúpulas erectas;
y un feroz buitre desalado, empuñando la trinchera
se arquea como una fuente espesa
y se derrama con un dulce hálito;
y entonces ataviada el alma,
en su festín de orbes centellantes
se desangra.

En tu frente se destiñe el éxtasis,
y aún puedo ver aquellas perlas rodar
sobre tu vientre de seda,
lo desgarran contra el flujo de tus piernas…
tus pechos en el filo de mi aliento esgrimen
tu disnea,
el beso abismal de ésta luna tan puta
que se delimita a la fúnebre primavera
se compacta en candelas contra tu cuerpo desnudo
y lo exhibe en un aparador celeste
a los hombres lobo,
que necesitan de tu sexo plateado para masturbarse
y morir de amor, como el ventrílocuo inerte ha dicho:
de amor delirante y onírico;
y hallar la paz eterna, por los siglos de los siglos…

Cómo he de pasar de tu cuerpo a tu alma, y de tu alma a la luna…

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