(mal)Vivencia
Quiero entrar a una sala sin puerta, pues
he perdido la llave en mi oscuro catre,
si no soy luz ni tirador,
quiera el aposento entrar por mi ojo usurpador
He oído el simposio alardear de buena liturgia,
plegarias cristalinas y versos en hoja frágil;
escuché que allí se escribe sobre el otoño
y las hojas borran la memoria.
También se oyen gritos gordos
más bien vómitos que estallan como globos,
sonidos que arden bajo el techo
goteando en la aguada mollera del capellán
Mas sin puerta el habitáculo luce
y mis manos sin llave inquietan;
no es que la entrada me deniegue
es que ya estoy adentro de la sala
y juegan conmigo las palabras.
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