¿Y qué si es comunista? ¿qué importa si es político?, ¿y qué importa si es humano? Si con su simple mujer de cuerdas, convoca a la eternidad como un unicornio de batalla y paz, como una brisa en el occidente.
Silvio Rodríguez es más que un ser de compleja política; va más allá de la revolución, de la historia y el culto, de la lucha y de los ideales. Silvio es como la voz del pueblo que vaga desnudo en el silencio. Silvio es la luz del ciego perdido en el atlántico. Silvio es la canción eterna, donde las eras paren corazones; donde las gaviotas mortales depredan el alma de una mujer con sombrilla y con sombrero, y el final del viaje por todo espacio y por todo tiempo. Por eso hoy, 29 de noviembre, de cualquiera que sea el año, Silvio Rodríguez Domínguez, también conocido como el Aprendíz de Brujo o El Pelao, merece ser reconocido, no sólo por los cubanos, sino por América y en todo el mundo en donde su obra sea la estampa del arte y la búsqueda del sueño.
Gracias a Silvio por su música y su locura.
Locuras (fragmento)
"Hay locuras que son poesía,
hay locuras de un raro lugar
Hay locuras sin nombre, sin fecha, sin cura
que no vale la pena curar.
Hay locuras que son la locura
Personales locuras de dos
Hay locuras que imprimen, dulces quemaduras
Locuras de diosa, y de dios
Hay locuras que hicieron el día
Hay locuras que están por venir
Hay locuras tan vivas tan sanas tan puras
Que una de ellas será mi morir"
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